miércoles, 25 de enero de 2012

Pura España, sin justificación.

Y llegó el día 25 de enero de 2012 y Camps es declarado no culpable, o lo que es prácticamente igual a efectos prácticos, inocente. Tras días como hoy, y casos como este te das cuenta de lo que realmente somos y de lo que tenemos como país; y por supuesto te das cuenta que este país necesita algo, ¿el qué? aún no lo sé; sólo sé, que esto no puede seguir así.

¿Qué somos? Bien, tomo las palabras de Camilo José Cela para decir que somos un país de pandereta; somos el país del vicio por excelencia, de la chapuza, del aprovecharse del resto y del robo y la estafa por encima de todo; somos un lugar donde la clase política es solamente un cuento chino, una excusa para poder estar sentado en un sillón y llenarse de dinero los bolsillos mientras el ciudadano llora desamparado algo de justicia o simplemente algo de pan que llevarse a la boca y trabajo con el que sentirse realizado.

¿Qué tenemos? Tenemos una tasa de desempleo que roza el esperpento, una deuda externa que parece casi impagable, una fuga de cerebros que roza los niveles de la postguerra y la represión, un futuro negro, un gobierno con unas tijeras en las manos y una clase política que parece sacada de un guión de película tan exitoso como El Padrino. La corrupción parece ser la mayor cosecha de este país con casos como los de Julián Muñoz, el de Mario Conde o más recientemente el de los trajes con Camps y el de el yerno del rey, el ilustrísimo Duque de Palma, Urdangarín, que parece ser que no sólo la clase política se ha subido al carro de las ofertas de dinero extra en maletines de cuero a costa de los contribuyentes sino que hasta la propia familia del monarca ha tenido que subirse a él porque parece ser que el sueldo de los reyes no resulta del todo agraciado.

¿Qué necesitamos? Un cambio, una revolución, una remodelación, un inventario o quizás un cambio total de mentalidad y sobre todo una revisión a la justicia en España.

Sinceramente y para acabar, no quiero seguir viendo como cada vez más y más familias acaban en el paro mientras lobos con piel de Armani siguen llevando chófers, guardaespaldas y suculentos sueldos de por vida; ni quiero empezar a pagar por la educación ni la sanidad; ni quiero seguir pagando la vida de una familia entera sólo por llevar el apellido de unas personas que reinaron siglos atrás y que aún lo siguen haciendo, pero no gratis exactamente; y por último, no quiero seguir viendo más casos de políticos corruptos que salen impunes y con las manos limpias después de lucrarse con una actividad que más que para el bien del país, comienza a ser para la risa de Europa.
Al final tenemos lo que nos merecemos; esto en otros países no pasa.
La Revolución está cada día más justificada, lo sé, soy un soñador, pero no soy el único.

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