lunes, 16 de enero de 2012

Historia Bmth1

Todo empezó antes de lo que yo creía, aunque yo eso, hasta el día siguiente no me di cuenta. Volvíamos a casa en el bus de las 10 y media, que era el que teníamos que coger para estar en la hora que la organización mandaba en casa. Aquel bus era el 5-A, era el que más cerca de casa nos dejaba, y casi el único que podíamos coger; tan sólo el 5-B podía sustituirle según qué días. El caso fue que era uno de nuestros primeros días en aquel pueblo británico, nos llamaba la atención la cantidad de españoles que había allí, así que teníamos que dar un poco el cante; en definitiva, que nos pusimos a cantar canciones populares dentro de aquel autobús. ‘’Yo soy español’’, ‘’¡¡Camarero!!’’ o canciones sobradamente conocidas para un español amenizaban nuestro trayecto con la colaboración de todos los españoles que gritaban en el piso de arriba de aquel bus, y torturaba a ingleses y demás nacionalidades que no tenían la culpa de haberse encontrado con aquello.

Cuando el repertorio se acabó, o más bien, la voz que nos quedaba ese día, comenzamos a hablar con unas chicas que teníamos al lado. El principio casi siempre era el mismo, que si ‘’ ¿de dónde sois?’’, que si ‘’¿con que academia venían?’’, ‘’¿cuánto tiempo?’’… en fin, preguntas típicas para romper el hielo que sirven de información básica. Las respuestas fueron simples y con una coletilla preguntando ‘’ ¿y vosotros? ’’. Eran de Ávila, venían con Interway, se quedaban hasta el 28 de julio, y tenían nuestra edad. Nosotros respondimos lo que tantas veces tuvimos que responder en un futuro: ‘’Somos de Valencia, venimos con Lingua Experience, y nos quedamos hasta el final de mes’’; siempre teníamos que dar la explicación de qué era Lingua Experience y de que estábamos en la Universidad a pesar de no ser universitarios; pero era divertido.

Entre aquel grupo de chicas estaba ella, aunque yo no me diera cuenta, así que contaré el trayecto sin enunciarla a ella, no puedo contar nada sobre ella todavía.

El viaje en bus se hizo corto, nos lo pasamos bien, aunque no me llamó la atención ninguna; recuerdo que mi buen amigo Paco, soltó una de las mejores frases al decir donde vivían en Ávila, él dijo: ‘’Vivís al lado del Mercadona’’, ellas le miraron incrédulas creyendo que sabía realmente dónde vivían o que conocía Ávila; pero no, fue tan sólo una frase ya que según él, ‘’en todos los sitios hay Mercadona, y siempre tienes uno cerca’’. Con eso se podría dar por terminado nuestro viaje con ellas; luego ellas se bajaron, y nosotros casi al final del trayecto hicimos lo propio.

Pasaron 3 ó 4 días, no más, quizás incluso menos, pero el resultado fue que nos plantamos en un sábado soleado; supuestamente en mi host family era domingo porque como al día siguiente tenía excursión no podían hacer la comida especial de los domingos así que la hicimos el sábado, sí, lo sé, no tiene nada que ver en la historia pero quería decírtelo.

Como decía el día había salido bueno, y como de costumbre, después de cenar a las 6 de la tarde, salimos a dar una vuelta por el centro o por el paseo de la playa, y allá que fuimos, primero en la plaza y luego por la playa; además, nos dimos cuenta de que aquel día había algo extraño en la gente, como descubrimos después, era el día del orgullo guey, y por ello, mucha gente iba disfrazada. Mientras andábamos por el paseo de la playa, mi amigo Rubén y yo, decidimos ir a por unas chicas que estaban en frente del muelle; al acercarnos preguntamos si eran españolas, ellas nos dijeron que sí, que eran las del bus de noches pasadas; recuerdo que les dije que no me acordaba, ellas insistieron, quizás ese fue el enlace que nos llevó a iniciar una conversación decente con ellas. La mente se me abrió cuando una de ellas dijo lo del Mercadona, ahí me acordé de esa chica, y de 2 de sus acompañantes, pero curiosamente, no me acordé de la chica en la que más me estaba fijando aquella tarde, no podía situarla en aquel bus repleto de españoles y cánticos. La conversación comenzó a fraguar, llegaron más amigos nuestros, y más amigas suyas; y la conversación se dividió en dos, por una parte, Ignacio, Rubén y yo con una canaria, una de Ávila y ella, también de Ávila, que seguía sin poder situarla en aquel bus de días pasados, y por otra parte, el resto de nuestros acompañantes con unas chicas que acababan de llegar. Nos presentamos, ellas eran una Yara, y las otras dos Irene; continuamos hablando, empezamos con pequeñas risas, primero Rubén me lanzó hacia ellas de un empujón y conseguí recortar distancias físicas colocándome a su lado, luego empezaron que si la de Gran Canaria decía ‘’guagua’’ en lugar de autobús, nosotros que si Rubén era italiano y se llamaba Marco, truco que por cierto, utilizábamos muy a menudo, y luego la mayor broma de todas fue que Ignacio era guey, y que aquel era su día en Inglaterra, cosa que nos dijeron ellas porque nosotros desconocíamos.

La conversación acabó en un ‘’vamos al centro a ver si encontramos la cabalgata’’; andando hacia allí pasamos por los jardines donde se encuentra el globo o Balloon, yo me quedé más rezagado con ella, Ignacio y dos amigas suyas; nos empezamos a dar el número de teléfono, yo iba a su lado e Ignacio al mío, él también apuntó su móvil, aunque no me di cuenta. Yo seguía hablando con ella, hasta que me preguntó: ‘’ ¿te interesa alguna de mi grupo?’’ señalando hacia unas chicas que teníamos delante, yo le dije que no, que eran monas pero que no; mientras que Yara, la canaria, señaló en forma de pregunta a Irene, (la chica que iba a mi lado, no la otra que sí que situaba en el bus), yo hice un gesto que interpretó como lo que yo quería que interpretara, un sí, pero sin que ella, hablo de Irene, se diera cuenta; hasta que Yara soltó un: ‘’piensa quién le puede interesar…’’, ambos sonreímos mientras Yara cogía del brazo a su otra amiga y decía ‘’no os molestamos’’, a los que nosotros respondimos que entendíamos castellano y que entendíamos las indirectas.

Llegamos a la plaza, nuestros caminos parecían que se iban a separar, mis amigos querían ir al Tesco, un supermercado, a ver si quedaban unos Donuts buenísimos que se compraban en ese establecimiento, mientras que sus amigas iban a ir al McDonald’s a tomar un helado o unas patatas fritas; no quería separarme de ella, ahora no, mis amigos se fueron olvidándose de mí, bueno, sé que lo hicieron a propósito, pero casi sin avisar; y allí quedé con ella y sus amigas, nos miraron, y nos dijeron ‘’quedaos aquí, luego ya quedamos para volvernos’’; ella asintió.

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