sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz Año 2012

Otra vez más, me encuentro la mañana del 31 de diciembre decidiendo qué escribir para cerrar este año y dar la bienvenida al próximo. La verdad es que me gusta este día, es la noche más especial del año, mis amigos van a fiestas donde se encuentran con chicas con sus mejores prendas y para ligar con ellas utilizarán frases que algún día yo mismo les dije a algunos de ellos y en mi casa nos reunimos toda la familia, con la que recordamos momentos de este año o anteriores, donde uno comienza su repertorio de chistes y otros intentan alardear de los éxitos de sus respectivos equipos dé fútbol.
Sí, realmente me gusta esta noche, todo está preparado a conciencia para que todos los presentes se sientan lo más a su gusto posible, para que el pernil tenga un sabor exquisito, para que la música elegida sea la correcta y para que todos quepamos en la misma mesa; todos vienen bien arreglados y vienen dispuestos a cerrar el año con sus seres queridos y a abrirlo entre risas y bromas.
Como decía, sí, me encanta esta fecha y por supuesto me encanta la mezcla de sensaciones que se produce en ella; por una parte, aparece la melancolía de los momentos pasados del año anterior que es poco probable que vuelvan, la amargura por los errores cometidos y la alegría por todos los buenos momentos vividos; a esto se le añade esa ilusión por el comienzo de un nuevo año y el éxtasis de las 12 campanadas con sus 12 uvas.
La verdad y siendo sinceros, es que lo que llamamos Nochevieja, es de las noches en las que más me emociono, por no decir la que más, en las que siempre suelto alguna lágrima, siempre me acuerdo de alguien que podría estar, que me gustaría que estuviera y no está, siempre me da por rememorar lugares e imágenes que han pasado a lo largo de este año, mis logros, mis alegrías y también mis errores y decepciones; hay un poco de todo, siempre me da por acordarme de aquello que no volveré a vivir, de aquello que me quedé con ganas de más, de lo que no pudo ser y por supuesto, también de lo que pudo ser y fue. Siempre se pasan las 12 uvas pensando en un momento que viví, o en las personas con quien los viví; en lo que he llegado a sentir en todo este tiempo e incluso en todo aquello que llegué a echar de menos, también se me pasan pensando en aquello que quiero para el nuevo año, ''paz'', ''salud'' y ''suerte'' son un constante en mis deseos, quizás este año cada uva me recuerde que en junio está el selectivo, que el año que viene llega la universidad, que mi sueño es volar a Madrid, que hay Eurocopa, que el Ciutat puede ascender, o que pese no haber empezado el año, ya tengo mil planes para el 2012. Pero lo mejor de todo, es que tras las 12 uvas y sus múltiples emociones, siempre encuentro la sonrisa, la cara de felicidad de todos mis familiares, que irradian la mayor victoria posible, otro año más, encuentro sus abrazos y en muchos casos sus gritos de alegría; Nochevieja en mi casa hace que todos nos igualemos, que da igual la edad que tengas porque al final, acabas gritando y celebrando un año nuevo tengas los años que tengas; y el mayor ejemplo son mis dos tíos, que se pelean con nosotros por ponerse en primera fila de pantalla, que se emocionan con las 12 uvas, que gritan histéricos segundos antes de la campanadas y que al final celebran el año nuevo como si hubiéramos ganado otro mundial.

En fin, Nochevieja para mí, es toda esa mezcla de emociones, ese cóctel de sentimientos que he intentado describir y de los que sólo puedo hacer un reflejo superficial, pero además, a tiempo real e instantáneo.
Lo dicho, no he empezado el año, y ya tengo mil planes y mil propósitos; espero cumplirlos; y respecto a los recuerdos y momentos del pasado, sólo decir que gracias por estar ahí.
Feliz año 2012

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Vuelta a casa

Vuelvo a mi casa
y las calles permanecen en silencio,
vigilan espectantes mis pasos
mientras me recuerdan que tú sigues allí,
tan bella,con tu camisa blanca
y tu chaqueta marrón
y mientras tú sonríes en aquel lugar,
yo busco en cada farola
algo de la luz que emiten tus ojos
o algo de valentía
para decirte todo lo que siento.
Y me da por recordar tus palabras,
tu beso en mi mejilla al despedirte,
la forma en que brillaba tu mirada
y como volvías a hacerme sonreir mientras sonreías.
Y por fin llego a mi casa,
el portal sigue vacío,
¿acaso alguna vez estuvo lleno?
y espero al ascensor en el que planeaba la noche,
en el que imaginaba un nosotros
y en el que llamaba a la suerte;
pero no, vuelvo a subir a ese habitáculo,
de nuevo, continúa vacío,
como mi buzón de entrada a tus mensajes
o como mi cama sin deshacer.
Y apago la luz,
otra vez todo queda en silencio;
sé que debería olvidarme de ti,
que tendrás algo mejor,
que los imposibles no son para mí,
ni las chicas perfectas para gente como yo;
pero te empeñas en aparecer,
en volver a invadir mi mente,
con falsas esperanzas,
y yo mientras tanto, vuelvo a sonreir
ya que nunca pude dejar de hacerlo
si es que pensaba en ti.

martes, 20 de diciembre de 2011

Ejemplo

De un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que lo que le pasa a nuestros amigos nos influye a nosotros más de lo normal, no digo sus palabras ni sus gestos con nosotros, digo sus hechos con terceras personas en los que nosotros no somos los protagonistas, hechos en los que no nos encontramos del todo involucrados, que al final, nos acaban afectando de una manera o de otra. Y después de esta introducción que parece muy generalista, os cuento mi caso; no soy de hablar de personas concretas con nombres y apellidos definidos, pero hoy lo haré, es mi deber.
Mi caso es él, Francisco Sebastián, para los amigos y conocidos Paco; el hecho es su actual estado de felicidad, lo irradia en cada sonrisa y en cada palabra que suelta, da alegría solo de escucharlo u observarlo, ¿el motivo? No sé si me permitirá contarlo, pero es su novia, su chica, o lo que él ha definido como su bendición o su suerte. Hace un mes que está con ella, un cielo de chica, guapa, simpática y mil y un adjetivos que dejaré para que mi amigo los complete. ¿Y cómo me afecta a mí esto?
Alegría sí, por supuesto, pero hay algo más: la esperanza. Paco no es el típico ligón de playa, chulo y musculado, es ese chico bueno, listo, que le gusta hacer la cosas bien, en fin, uno de los que al final las tías acaban diciendo que ''no, lo siento, eres un buen amigo''; me ha pasado a mí, y le ha pasado a muchos chicos de los considerados buenos y estudiosos. Pues bien, él es mi signo de esperanza, el triunfo del buen hacer por encima de la chulería y de la absoluta superficialidad; la victoria de ese chico que se enamora de la chica perfecta la cual siempre le da calabazas, pero esta vez no, esa es mi esperanza; de que la moneda no tiene que caer siempre cruz, sino que hay también una cara a la otra parte.
Parece una tontería, pero al final ese hecho influye y su sonrisa cuando me habla de ella me muestra ese triunfo, que al final las cosas bien hechas ganan y consiguen una supremacía sobre todo lo demás y que la belleza de la forma de ser de una persona es la mayor fuerza de atracción que pueda existir para conseguir realmente la felicidad.
Sinceramente, por todos sus consejos, todos los momentos que me ha soportado, todas sus sonrisas y por supuesto, por darme el ejemplo de que la chica perfecta se puede enamorar del chico sin musculación ni tatuajes. Por todo esto y por todo lo que nos falta, gracias amigo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Carta a Santa Claus.

Querido Santa Claus:
Como todos los años por estas fechas me dispongo a escribirle mi carta de Navidad; otra vez, este año he vuelto a ser bueno, la verdad es que eso es fácil teniendo en cuenta la gente que tengo a mi alrededor, acerté realmente en ese regalo. A pesar de la crisis, este año sigo queriendo regalos y me gustaría empezar por un libro, concretamente un libro para cada niño en el mundo, me da igual la temática y el autor, si es poesía o si es novela, solo que sea educativo, a cambio te ofrezco los 300.000 fusiles que soltarán esa misma cantidad de niños en África para poder coger ese libro. También me gustaría un barco, uno duro y resistente, sin cañones ni armas, pero que sí que lleve un GPS para que ninguna persona más se vuelva a quedar en el mar de camino a una oportunidad que les ha sido arrebatada en sus países de origen,a cambio te doy todas las pateras que se pierden en el mar, barcas de sueños de hombres despiertos, muy despiertos por la situación que viven en sus casas y por las que no tienen más remedio que huir. También me gustaría un juego de mesa, concretamente el Monopoly, pero no para mí, sino para todos aquellos buitres especuladores que juegan con el dinero a un alto riesgo de las familias, que invierten en bolsa y cortan y recortan sueldos y salarios porque sus jugadas financieras no salieron de acorde con sus previsiones y sobre todo para esos trajeados que forman el Banco Central Europeo, sus dirigentes y los dos grandes representantes del nuevo liberalismo atroz, la pareja formada por Merkel y Sarkozy; a todos ellos regalales un Monopoly, invito yo, y a cambio quédate con sus trabajos y repártelos por las clases bajas. Hablando de juegos, me gustaría un juego para la PS3 para que le llegara a los altos cargos militares de todo el mundo,el Call of Duty, para que si tienen necesidad de matar algo, que sea en la consola. También me gustaría que repartieras unas películas, las tres forman una trilogía imprescindible para cada país, son Paz,Igualdad y Educación, a partir de estas, todo será mucho mejor en determinadas zonas.
Por último me gustaría que me trajeras las palabras necesarias para convencer a todos esos indecisos que se encuentran en sus casas para que colaboren, las formas verbales para hacer saber a la gente lo que realmente pasan en muchas zonas del mundo y las oraciones necesarias para conseguir que esta carta deje de ser una quimera.
Feliz Navidad.

La pecera.

Madrid despierta de sus sueños
y los amantes dan fin a su aventura,
las montañas de tus sábanas
son el reflejo de tus sentimientos
mientras yo tomo mi tercer café del día
reflejo de mis dudas y tus silencios.
Vuelve a despertar esta pecera
de peces ahogados en sus tinieblas,
de espejismos económicos y castillos en el aire
creados por tiburones trajeados
que se comen a peces trabajadores.
Un hombre gris grita en mi portal,
un coche rojo lleva a la grúa en brazos,
y yo vuelvo a pensar si la indiferencia y el olvido
pasan a ser la mejor solución,
pero a tu geranio le dio por sonreir,
y sigo sin saber si tus suspiros llevan mi nombre,
y mientras tanto, el alba se rompe,
como la taza del mendigo de la esquina,
que hoy no pedirá en la puerta de misa,
el frío de la pecera lo terminó de hundir;
igual que a la vecina del quinto,
que ya no pudo continuar fumando,
sus pulmones negros borraron su sonrisa;
sonrisa que no lucirá el tiburón blanco,
ayer bajaron sus acciones,
y otra familia nueva alquilará habitación en la calle,
la cuales se encontrarán desiertas,
sin voces ni protestas,
sin recuerdos ni a mayo ni a París.
Y con todo, te miro y sonrío,
nunca he podido dejar de hacerlo,
ni siquiera sabiendo que no es posible,
que no eres para mí, que soy insuficiente,
que el miedo ha hecho el resto,
y que no lograré tenerte.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Distancia

Él la dibuja en la distancia,
ella imagina un todo con él,
en los charcos el reflejo de sus ojos,
y en las hojas que caen
el recuerdo de esos besos.

En ella un nudo en la garganta,
un contraste de sensaciones,
amor y olvido,cariño y dolor,
él lágrimas por lo pasado,
sonrisas por el futuro,
y un mundo paralelo a su ciudad.

Él traza imposibles en el mapa,
ella exprime el calendario,
trescientos kilómetros no son nada
pero dos meses sin verse lo son todo.

Y el mundo diario sigue girando,
no hay café para dos
ni buenos días compartidos,
y en cada rincón de la ciudad
un destello de lo que quieren y no pueden ser,
no hay cines los domingos,
ni escapadas por el parque,
ni flores por primavera,
ni siquiera besos en cada semáforo en rojo;
solamente vivir de llamadas con final,
de cartas como regalo y sus nombres en las nubes,
deseos de parar el mundo y romper la distancia,
besos infinitos, carreteras sin fin,
despedidas inacabables y vuelta a casa,
y otros cien amaneceres que empiezan sin ti.

martes, 6 de diciembre de 2011

Constantes.

Llegó el frío a Valencia
con la entrada de este diciembre;
comienza a prepararse la Navidad,
los belenes lucen en los grandes almacenes,
y las calles comienzan a iluminarse;
llegaron las primeras nevadas,
ya son habituales las bufandas,
como mis miradas de reojo
al reflejo de los tuyos,
cual niño mira los nuevos escaparates.
Comienza a ser habitual el turrón en las mesas,
el abrigarse hasta arriba,
escuchar y cantar villancicos
y tirar la carta de los regalos;
comienzan a ser diarias
mis noches en vela,
mis bolis sobre la mesa
y tu imagen en mi mente,
mis dedos escribiendo y tú sin aparecer,
comienza a ser un constante
los anuncios de nochebuena,
la venta de entradas para nochevieja,
el champán y las uvas,
mis recuerdos a la infancia,
tus suspiros en las clases,
las agonías tras el ordenador,
la corrección de exámenes,
las excusas para hablar contigo
tú, y tú y tú,
como germen de lo habitual,
tú y tú y tú.
como ejemplo de lo cotidiano,
tú,y tú y tú,
en mi pensamiento en general.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Dudas y preguntas.

Cierro los ojos y apareces
haciendo de imagen conectora
entre el morir del hoy
y el nacer del mañana.
Eres la causa de mis dudas
para las que no tengo ni manual ni apuntes.
Me pregunto el destino de tus miradas
y el por qué de tus sonrisas,
cómo haces para ser así,
siempre afable,risueña y amable,
porque cuando te miro no miras,
saber el motivo de tus fugas
y como ser algo en tu vida.
Me pregunto porque sonríes en mi mente,
porque me alegran tus palabras,
porque será que sueño contigo,
y porque tus imágenes se suceden
convirtiéndose en mi película de cada noche.
Y sigo, continuo preguntándome
el motivo de tus quejas,
si tú sueñas y dudas conmigo,
si te sentirás identificada al leer esto,
o si tan siquiera lo leerás.
Sigo dudando sobre tantas y tantas cosas,
a las que no tengo respuesta,
pero sobre todo,sigo preguntándome
el por qué de mis dudas y preguntas,
y el por qué de tus excursiones por mi mente.