martes, 6 de diciembre de 2011

Constantes.

Llegó el frío a Valencia
con la entrada de este diciembre;
comienza a prepararse la Navidad,
los belenes lucen en los grandes almacenes,
y las calles comienzan a iluminarse;
llegaron las primeras nevadas,
ya son habituales las bufandas,
como mis miradas de reojo
al reflejo de los tuyos,
cual niño mira los nuevos escaparates.
Comienza a ser habitual el turrón en las mesas,
el abrigarse hasta arriba,
escuchar y cantar villancicos
y tirar la carta de los regalos;
comienzan a ser diarias
mis noches en vela,
mis bolis sobre la mesa
y tu imagen en mi mente,
mis dedos escribiendo y tú sin aparecer,
comienza a ser un constante
los anuncios de nochebuena,
la venta de entradas para nochevieja,
el champán y las uvas,
mis recuerdos a la infancia,
tus suspiros en las clases,
las agonías tras el ordenador,
la corrección de exámenes,
las excusas para hablar contigo
tú, y tú y tú,
como germen de lo habitual,
tú y tú y tú.
como ejemplo de lo cotidiano,
tú,y tú y tú,
en mi pensamiento en general.

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