lunes, 15 de julio de 2013

Decisiones

Al igual que escribir y caminar
lo difícil en las decisiones
es afrontar el inicio,
saber mirar lo que se gana,
asumir lo que se puede perder,
y entonces, sacar las cuentas correspondientes,
como un encaje de bolillos,
como un balance en el que activo y pasivo
lo forman mente, egoísmo y corazón;
así, si los primeros pasos son perezosos,
algo torpes y faltos de precisión,
y las líneas iniciales faltas de contexto,
las decisiones son dubitativas y temblorosas,
sin referentes ni resultados,
palabras basadas en optimismo sin ciencia,
pasos sobre un futuro en humo.

Es la vida y sus acordes
lo que resuena en cada elección,
vencedores y vencidos
cantan y lloran a destiempo,
faltos de resultados y caminos;
como en un poema sin rima ni orden,
agarrados a la barandilla frente al acantilado
con las dudas del segundo beso en la cabeza,
los sube-y-baja, los van-y-vuelven,
los tachones en una hoja sin sentido,
el sudor del despertar de un sueño,
alzar la voz defendiendo las utopías,
el ritmo del latido acelerado
antes de la metralla de palabras,
pues no es el hecho del principio
lo que se llora o se canta
sino el reto de estar vivo
lo que inclina la balanza.