domingo, 7 de octubre de 2012

dos años y un adiós más tarde

Dos años y un adiós más tarde
me hago la pregunta inexacta
buscando la respuesta vacía,
algo más que un asunto de faldas,
haciendo a la vez de malo y policía,
de perseguidor, juez y amante,
de escritor inexperto ensimismado,
de aprendiz en amores y sus artes.
Otra vez el Sol y su elegía,
de nuevo los recuerdos y sus males
son un dulce caramelo
si no le acompañan soledades;
y busco el error inexistente
el fuego que saltó para apagar la llama,
busco las preguntas y respuestas,
busco continuar a falta de palabras
para describir los besos que nos dimos,
para ladrar las citas inconexas
cómo cantar a un cuatro de octubre
y recordar que fuiste la primera.
Por fin me atreví, he de admitirlo,
ya no soy aquel cobarde,
ya no voy de chico valiente,
ahora ya puedo nombrarte;
por fin, he de admitirlo, fallé en mil promesas,
no me presenté a la cita del futuro,
no limpié el baúl de los papeles
ni pinté nuestros nombres por el mundo;
espero que sepas olvidarlo y recordar
mis fallos de puntualización,tu falta de puntualidad,
las risas, los poemas, las caricias,
los besos con sabor a ciudad;
yo ya aprendí a reírme de mí mismo,
a escribir a la Luna y a la playa
a morderme los labios si no miran,
a guiñar y tutear a la almohada,
ya aprendí a estar con otras,
ya aprendí a estar con nadie,
ya aprendí como cantarle
a un cuatro de octubre
dos años y un adiós más tarde