miércoles, 30 de noviembre de 2011

En un mar de incertidumbre.

Esos días de lluvias
y desayuno con huevos y bacon,
donde aprendí que los recuerdos
sólo sirven para escribir poesía
y tus besos bajo el cielo gris,
para completar mis memorias.
Aquellos días de buses de dos pisos
y extranjeros andando por doquier
quedaron en el exilio,
en el diván de los recuerdos
como los gritos de las madres de la plaza de Mayo.
Y me miras y sonríes
entre los elementos de este diván,
haciéndolos inmateriales, intangibles,
luces de un pasado anterior;
y terminas de acelerarme el pulso
con tus ojos marrones
brillando al fondo del tumulto;
pero me confundes,me creas expectativas
en este mar de incertidumbre
que parece ver tierra y se queda en agua,
en olas de mar sin sal,
en sirenas de pelo de cobre,
que con voz angelical,
solo cantan tu nombre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario