lunes, 28 de noviembre de 2011

Estudiándote

Busco tus miradas entre las mesas,
como Egipto su libertad en las urnas
y miles de jóvenes en las plazas.
Madrid a tu lado es solo un espejismo,
una imagen en un espejo cóncavo,
mientras tu sonrisa difumina mi realidad
y tus ojos dan sentido a mi somnolencia,
a mi café doble en la tarde,
a mis sueños rotos por el despertador,
a dormir a un palmo del colchón,
a creer en algo antes del todo,
a sonreir cuando no miras,
y a mirarte cuando sonríes,
dan sentido a mi lápiz sobre el papel,
a mi despiste a media mañana
a no romper tus silencios
ni a preguntarte algo incoherente
mientras deseo lo imposible.
Y Platón sigue rompiendo mis esquemas
que me olvide de lo racional,
que el filósofo-gobernante prefirió escribir,
y el guardián tocar el violín,
que el alma se elevó al cuadrado para no ser dividida,
y que la dialéctica descendente
era sólo un timo,
un engañabobos donde vendían cacerolas,
y geografía pasó a ser segundo plano,
los ríos no llegan al mar,
ni mis palabras a tus oídos,
el roquedo las siluetas de tu cuerpo,
y tus labios las cordilleras de mis deseos.

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