sábado, 25 de febrero de 2012

Ruptura.

Dices que se derrumba lo vuestro,
que se acaba lo que no ha empezado
que  venció su cobardía
y tu idiotez por lograr enamorarte.
Aseguras que todo esto te supera
igual que el río tras el deshielo
o como sus besos a media tarde,
de esas que ella te hacía agradables,
en las que te traía flores de primavera
prometiéndote sol de verano
y dejándote nieve y frío de febrero.
Se acaba, llegan los viejos tópicos,
no es por ti es por mí,
el amor cuando se acaba, se acaba;
lo mejor será ser amigos,
pero sabes que no, eso no,
no verás en sus ojos la paz de un amigo,
sino el odio eterno que te trajo su amor.

Bebamos los vasos de los momentos,
acabémonos las botellas de los sentidos,
alcohol para las heridas, hoy invito yo.
Cavemos la tumba del olvido
y en la lápida su nombre,
no volverá a caer lágrimas fuera de esta barra;
juremos el odio eterno,
nunca más volveremos a ser los valientes que se enamoren;
no habrá más rosas blancas ni besos a escondidas,
ni canciones ni letreros con su nombre;
hoy murió el hombre en sus rechazos,
hoy se apagaron las llamas de sus sonrisas
y se paró la arena de sus relojes,
de la cuenta atrás esperando la respuesta que nunca quisimos oír;
hoy volvemos a ser tú y yo solos
 sobre la vieja barra de la amistad
con el inacabable boli de los sueños en la mano
y con el infinito mapa de las ilusiones en nuestros ojos.

1 comentario:

  1. lo mejor será ser amigos,
    pero sabes que no, eso no,
    no verás en sus ojos la paz de un amigo,
    sino el odio eterno que te trajo su amor.

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