martes, 2 de abril de 2013

Abril

La luz del flexo parpadea incesante,
buscan mis ojos las rimas hacia tu sonrisa
la métrica para apaciguar los miedos,
la magia de vivir de huidas,
y la televisión soltando chispas encendida
grita y maldice al libro sobre la mesa,
claudica en su empeño de informar
desarma otra revolución de primavera,
palabra de banquero, ladrón de traje blanco
cuenta aventuras de reyes y yernos,
yates, primas de riesgo, desempleo,
ángeles maldiciendo estos infiernos;
y pasamos de nuevo por vacío,
nadie habla de nosotros dos,
de mis dedos sobre tu cintura
del baile de la luna en el salón,
nadie cuenta como me miras,
no hay cuchicheos que canten nuestros besos
ni coros a las dudas y preguntas
ni críticas a quemarse en este incendio.

Nosotros muy abril y el mundo tan marzo,
se encuentra al borde del mismo precipicio
anclado en un viento que derrumba,
que tira abajo ventanas y edificios;
y nosotros quemando canciones,
pisándonos los talones entre compases,
fumándonos el tiempo a mordiscos,
construyendo en el aire mil y un planes;
y sin embargo, primavera golpea de nuevo el cristal,
nos trae misivas a un futuro posible,
a la utopía de los cambios y juventud,
a encadenarme en tu pecho y sentirme libre;
y volvemos a teñir de color madreselva
los versos de Neruda y los abrazos,
los 'duerme esta noche conmigo',
mis dedos memorizando tu cuerpo al tacto;
otra vez primero de abriles y lluvias,
soles de algodón, flores de jardín,
nosotros ignorando el televisor,
bailando otro 'Stand by me'.







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