viernes, 11 de febrero de 2011

Uno más de tantos

Y he vuelto a ver a ese mendigo. Ese mendigo que llevo toda la semana viendo en el mismo lugar, la misma plaza, a la misma hora, las 8 de la mañana, las mismas ropas que cubrían su piel oscura ayer, y antesdeayer, y el dia anterior, y el anterior...esas ropas rasgadas, viejas, llevabas a tirojos. Otra vez, le he vuelto a ver buscando en un contenedor, con su carrito lleno de trapos sucios, mantas que servirán para abrigarse del frío. Hoy, he vuelto a pasar a su lado, y otra vez, no me he atrevido a decirle nada, he vuelto a pasar a su lado y he agachado la cabeza, he vuelto a pensar en la mísera vida que puede estar llevando, de lo dura de su existencia, de las penas y estragos que puede haber tenido; he vuelto a pensar en lo injusto de este mundo, de que mientras el pobre mendigo sin nombre rebuscaba entre la basura, otras personas pasaban veloces con su Mercedes-Benz, mientras hablaban por su iPhone sobre si estaba agobiado porque el yate estaba estropeado, o si el motor del BMW no funcionaba bien...Ese pobre mendigo para mí, será una persona de esas que rellenan mi entorno, de esas que demuestran que este mundo es real e injusto, esas que no tienen nombre, pero sí rostro, sentimientos, una vida... Él, una persona más, igual que otros muchos, igual que yo; él es solamente una de esas cifras, una unidad en lo llamado cuarto mundo, un número en el umbral de la pobreza...uno más de tantos, de esos que viven en la calle, y que su único objetivo es no morir en ella...

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