martes, 15 de mayo de 2018

Voyeur

Sé que estás ahí, no disimules,
observando a través de la rendija
que deja entre sí el paso del tiempo
mirando cómo la cucharilla gira
en este café revuelto
de amarguras de sobre,
de azúcares labiales,
de tantas luces de soles
que se convierten en nubes
anunciando tormentas de gritos,
caricias, besos y espantadas
que se quedan en nadas perdidos.

Sigo sin entenderte,
¿a qué estás jugando?
¿es placer en la espera
o un simple truco desfasado?
¿Por qué pones en jaque
al peón de este derroche
y dejas enrocarse al rey
bajo las mantas de su corte?
Mírale, sigue en mitad de ese baile
de pasos empedernidos
de canciones protagonizadas
por un "yo, mí, me, conmigo".
Mírale cómo se fija
en la esquina de cada calle
en busca de tu reflejo
con la duda de si es tarde.

¿Que no está preparado?
No, deja de decir que lo sabes,
que esperas el momento
que sólo ahorras males;
deja de inventarte dichos,
malas frases, clichés y excusas;
que él está ensimismado otra vez
aullando a cada luna.
Sí, lo sabemos los dos, o los tres,
el pasado le sigue latiendo
en los acordes de las canciones
que repite tras cada sueño,
pero, ¿no tienes en tu cajón los papeles
de un diario en pretérito imperfecto?
¿No te sigue temblando la voz
al recordar tus primeros deseos?

En el fondo estás asustada
por todo un largo historial:
miradas, bailes, risas y besos;
caricias, promesas bajo el umbral,
el cronómetro en contra de un amor
por el que todo es luchar
hasta que se acaba la magia:
todo tan maravilloso como fugaz.
Echa el miedo a un lado,
hazte la dura, no te olvides de sonreír,
la primera mirada es el disparo,
el baile es el frenesí;
cruzaréis los dedos y el pulso,
sabes seguirle el ritmo,
recuerda no decir lo que sientes
hasta que él sienta lo mismo;
y olvida ya ese absurdo
de que la historia se repite sin parar
y de que él no está preparado
porque, ¿acaso alguien lo está?


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