martes, 26 de noviembre de 2013

Carta de un náufrago de ayer

"Querido amigo, te sorprenderá leer esto; soy yo, el náufrago de ayer, el de hace un año, el que lloraba y no se podía levantar de aquel banco, ¿recuerdas? Porque yo sí, esas cosas no las olvido, no se olvidan. 

Llovía como nunca, nunca ha llovido así, de hecho, no sé ni siquiera si llovía; pero la ciudad era puro oleaje; chapoteaban en cada esquina los errores cometidos, ningún momento bueno era suficiente madera para agarrarse, estaba sumergido en mí mismo; yo era el problema y mi única medicación. Otros disfrutaban de besos en despedidas, de otros eran los momentos de manos entrelazadas y palabrería imantada. Vagué a la deriva hasta que caí en aquel banco; para que luego digan que los bancos no salvan personas; aquel banco es especial, lo sabes, lo sabemos; es nuestro banco, antes era el tuyo, el vuestro, ahora yo soy otro más, quizás te lo deba a ti también, quizás no, seguro. Hice señales de humo, no había nadie a la vista, como dije, llovía mucho, no llovía nada, ya dije que nunca había llovido así; y de repente, de entre todas las nubes, tú. No pedías nada. No dudaste. Ni siquiera tardaste. Nunca vino mejor tal mano. 

Aquel día ella estaba lejos de mí, y yo no estaba cerca de ella; yo aún no era una casualidad en su destino, ni ella magia en mi rutina; dormía, besaba y pensaba en otro; yo procuraba no pensar en nadie. 

Hoy te escribo esto porque, en el fondo, has sido otro náufrago que necesitó la mano para salir, y que quizás, todavía la necesites. Hoy quiero darte las gracias, se está bien en esta playa y parte es culpa tuya; quiero decirte que los náufragos no olvidan, que bebemos de esos recuerdos, nos dan vida. Tal vez estés ahora lejos de la playa que corresponda, pero llegarás, no te agobies, no quieras que el tiempo pase sin más; seguramente habrá islas de por medio, algún que otro espejismo, algún que otro oleaje, pero siempre estaremos los barcos de siempre al lado para ayudar. 'Hoy es siempre todavía', decía Machado, ya llegaremos, ya llegarás, mientras tanto, agárrate fuerte, agarrémonos fuerte y disfrutemos del paseo, que eso es la vida, que estamos más vivos cuánto más nos salimos de la vía de la normalidad, eres así, somos así. 

Gracias de nuevo,

Firmado: el náufrago de ayer". 





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